¿Dos cintas costeras en La Guaira? ¿Cómo es posible este suceso?
Pues sí, así como lo lees.
Si ya visitaste la Cinta Costera en Punta De Mulatos, entonces este nuevo destino te encantará.
Mi paseo comenzó como a eso de las 5 de la tarde, tenía mucho trabajo ese día, pero las ganas de conocer este lugar pudieron más, y aunque dejé algunos mensajes sin leer en ese momento, la verdad es que valió lo hecho.
Nuevamente salí desde Maiquetía con mi sobrina, que como ya saben suele ser mi acompañante en estos viajes locales a conocer uno y otro sitio, aunque ésta vez la de la idea fue ella...
Así que no hubo plan ese día: como a las 4 de la tarde me dijo ¿Quieres ir a conocerla? Y yo, ni corto ni perezoso, le dije que sí.
Salimos a las 5 de casa y como seguro lo sabes, esperar transporte acá en La Guaira es cuestión de minutos. Nuestro destino: El Terminal de pasajeros de La Zorra, una parada que ya es habitual para nosotros cuando vamos por ahí.
Al llegar, caminamos un aproximado de 1 kilómetro hasta el lugar, cabe destacar que no es necesario, puesto que puedes tomar el autobús que lleva hasta Mamo y te dejará justo enfrente, pero queríamos tomar fotos (¿Y cuándo no?)
La Llegada:
Lo primero que encontramos fue un faro en medio del lugar, bastante llamativo por cierto. Este faro resultó ser nada menos que una heladería:
Caminamos un poco más y entre las luces, los árboles decorados y la gente del lugar, ya el ambiente se sentía bastante bien. El sonido del mar justo a nuestro lado nos dió esa experiencia relajadora a pesar que hacía el típico calor guaireño.
Algo que diferencia a esta cinta de la de Punta de Mulatos, es que son dos paseos como tal: a la derecha y junto al mar vas a encontrar la mayoría de las atracciones; sin embargo a la izquierda, cruzando la calle hay una especie de isla donde también vas a conseguir puntos interesantes. Más adelante la detallaré.
Las pérgolas del lugar, decoradas con luces LED son un sitio perfecto para hacerte una foto, y nosotros no perdimos oportunidad:
Seguimos caminando un poco más, viendo palmeras decoradas con luces y llegamos a uno de los sitios que más me gustó: El primer mirador. Este sitio evoca estar en la borda de un barco, tiene el piso de madera y unas barandas hechas con madera y mecate. Pero dejaré que sea la imagen la que hable por sí misma:
Al caminar un poco más, encontramos algo que en verdad no me esperaba: Una especie de parque infantil donde no solo los niños pueden entretenerse jugando en la fuente sino que también los adultos pueden disfrutar de una buena clase de bailoterapia al aire libre. El parque no solo tiene la fuente, sino también las atracciones típicas de un parque infantil pero con forma de barco:
Muy cerca, también puedes encontrar el Restaurante El Caney del Mar, que antes solía llamarse "El Caney del Chivo" y que es muy famoso en el país.
Nuestra sorpresa no paró aquí, seguimos caminando un poco y nos encontramos con otro mirador, mucho más grande que el primero:
Al voltear a nuestra izquierda, no podía faltar la clásica foto que circula desde hace rato en las redes sociales y que marca el final del paseo (por ahora), ya que hay un tramo que aún se encuentra en construcción:
Y todo esto solamente del lado derecho del paseo.
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De regreso:
Como dije arriba, hay dos paseos en este lugar y el segundo corresponde a una isla en medio de la carretera, la cual si haces el camino a la inversa, comenzaría con un módulo policial cuya estructura es bastante curiosa:
Una de las cosas que me llamó la atención fue un helicóptero en medio del lugar, sitio perfecto para hacerte una foto como la que me hice yo:
Pero además también hay un tanque de guerra, de modelo distinto al de la otra Cinta costera. Este es un poco más moderno:
Otra cosa que noté es que hay una especie de gimnasio al aire libre y suficientes bancos para sentarte a conversar, tal vez con tu cita...
Y, lo más imponente, es que en medio del camino de regreso, me encontré en la popa de un barco: El Buque Escuela. Al llegar había visto una especie de mástil adornado con luces y que me llamó la atención, pero no fue hasta pasado un rato que nos acercamos, luego de tomar las fotos anteriores.
Aquí una del buque:
Y así, concluimos nuestro recorrido cruzando nuevamente la calle, ya para ese entonces estaba más oscuro (eran más o menos las 8 de la noche). Como era día entre semana, no vimos demasiados puestos de comida o vendedores ambulantes en el lugar, pero, para la próxima vez que visite, agregaré las fotos en este mismo post.
También hice un post en mi cuenta de Instagram con otras fotos que no aparecen aquí, puedes darle un vistazo y no olvides seguirme.
En definitiva, es un lugar que merece la pena visitar, donde puedes hacerte fotos increíbles, disfrutar de la brisa marina y tener algo nuevo que contar a tus familiares y amigos. Si ya estuviste por aquí, puedes compartir tu experiencia en un comentario más abajo.
No olvides compartir este post con la persona que invitarías.
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